
"En la formación de precios, es evidente que las grandes distribuidoras tienen que hacer un examen, una autocrítica. Y tenemos que introducir más transparencia para defender al pequeño y mediano agricultor y ganaderos, que desgraciadamente ven cómo los precios bajan y bajan, algo que es algo inaceptable para el Gobierno". Así de contundente se mostró ayer Pedro Sánchez, presidente del Ejecutivo español, en relación a las manifestaciones que han organizado los agricultores pidiendo medidas que revaloricen su trabajo, reivindicaciones que, según su visión, son responsabilidad de las empresas de moderna distribución.
Estas declaraciones se produjeron ayer en Bruselas, como parte del viaje exprés que realizó para debatir sobre los presupuestos de la Unión Europea para el periodo 2021-2027, así como para poner en común las reivindicaciones del campo.
En España estas declaraciones han sido recibidas con sorpresa. Dulces Noticias... y algo más ha hablado con Felipe Medina, Secretario General Técnico de Asedas (Asociación Española de Distribuidores de Autoservicio y Supermercados), quien ha afirmado: "tenemos la visión de sentirnos más en la solución que en el problema".
Medina, además, ha explicado que "las crisis en el campo son cíclicas", y que los precios que paga el consumidor final dependen de la política agraria común, de las decisiones geopolíticas, el clima o de los acuerdos de libre comercio, entre otros factores. "Es un problema mucho más complejo, donde también hay que tener en cuenta los costes que tienen los agricultores".
"Tenemos la visión de sentirnos más en la solución que en el problema", reitera Felipe Medina, Secretario General Técnico de Asedas
El representante de Asedas tiende puentes con el Gobierno: "somos un granito de arena que está a disposición del Gobierno. Las declaraciones de Sánchez invitan a hacer autocrítica, algo que es bueno. Por ello nos ponemos a disposición de Luis Planas, ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación".
Planas, recientemente, se ha comprometido a constituir una mesa de diálogo con todas las partes implicadas: "productores, industria, distribución e incluso los ciudadanos, que con sus decisiones de compra marcan también el rumbo del conjunto del sistema agroalimentario", han explicado desde su departamento.
"La realidad es muy tozuda. El 80% de las frutas y hortalizas españolas se exporta. El 20% restante se queda aquí, y una parte se la va hacia la industria. Poniendo todo en contexto, con cifras reales, se conseguirá identificar los problemas reales, así como buscar entre todos una solución", ha matizado Medina.
Las asociaciones tienden puentes al Gobierno
Una visión similar también se comparte desde Anged (Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución), que ha afirmado que la distribución no es el único cliente del sector agrario. "Según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), el 52% de la producción agraria española se destina directamente a la exportación. El resto de la producción agrícola se reparte casi a partes iguales entre la industria transformadora y el comercio interior, sin olvidar el peso de la restauración y bares (consumen en torno a un 10%). En el caso de frutas, verduras y hortalizas, un 9% de la producción total se vende a través del comercio tradicional y los mercas, y un 11% restante a través de supermercados e hiper".
Anged, igualmente, confirma al MAPA, y al resto de eslabones que componen la cadena de valor, su compromiso para buscar soluciones que "ayuden a mejorar la situación del sector agroalimentario y la producción española". Sin embargo, "dada la complejidad del debate, creemos que es importante situar bien el papel que pueda jugar la distribución comercial, como uno de los principales clientes del sector primario, pero no el único ni más importante en el caso de muchas producciones".
"Creemos que es importante situar bien el papel que pueda jugar la distribución comercial, como uno de los principales clientes del sector primario, pero no el único ni más importante en el caso de muchas producciones", detallan desde Anged
Para la entidad, las empresas de moderna distribución son las primeras interesadas en apoyar a la agricultura española, tanto para que mejore su dimensión empresarial como para orientar su producción a las nuevas tendencias del consumidor nacional e internacional.
"Las empresas de Anged, por su dimensión, compran fundamentalmente a cooperativas y grandes productores que representan la parte mejor organizada del sector agrario. Por tanto, son cooperativas y productores que pueden obtener mejores condiciones para sus asociados; reducir los eslabones intermedios; garantizar un volumen de comercialización que permita optimizar costes y resolver problemas de sobreproducción", se ha destacado desde esta asociación, desde donde también se ha afirmado que está dinámica no encare el precio final y que el margen neto de las empresas del sector oscila entre el 2% y el 2,5%.
Por su parte, Aurelio Pino, presidente de ACES (Asociación de Cadenas Españolas de Supermercados), aún no se ha pronunciado acerca de las declaraciones de Sánchez. No obstante, justo antes de que el presidente del Gobierno señalara al sector como el responsable de los problemas que afrontan los agricultores españoles, afirmó: "las grandes empresas de distribución comercial no compran directamente al agricultor individual sino, fundamentalmente, a cooperativas o sociedades agrarias de transformación, o a industrias que ofrecen el producto ya transformado, tal como se presenta en las tiendas (lavado, calibrado, empaquetado, etc.), a las que se paga, como es lógico, precios sensiblemente superiores a los fijados en las alhóndigas u otros esquemas de comercialización en origen".
Para el presidente de ACES, comparar los precios de origen olvidando todo lo que sucede en la cadena de distribución es "desconocer la realidad de nuestra economía y del sistema de la cadena de valor", así como "obviar el valor del trabajo de todos los procesos y profesionales que intervienen a lo largo de la cadena". Por todo, concluye que "el problema de los precios de origen responde a los propios mercados en origen y no a los procesos sucesivos de comercialización".
"El problema de los precios de origen responde a los propios mercados en origen y no a los procesos sucesivos de comercialización", explica Aurelio Pino, presidente de ACES
Según esta asociación, la desinformación se posiciona como clave para comprender estas acusaciones, algo que afecta negativamente a toda la cadena de distribución. "La opinión pública debe de ser consciente que cada operador que interviene en la cadena aporta un valor al producto" y que provoca que un producto que ha sido recolectado a cientos de kilómetros "no puede valer lo mismo que cuando este se encuentra a disposición del consumidor en un establecimiento a menos de un minuto de su casa". Desde Aces, también se recuerda que aunque el consumidor vea precios diferentes a lo largo del año estos se marcan en origen, ya que el coste de los productos a las tiendas es mucho más estable.