Tengo un grupo de Whatsapp de discusi&oacute;n pol&iacute;tica. Es una escisi&oacute;n de un grupo de amigos de la universidad que, cansados de peleas ideol&oacute;gicas mientras habl&aacute;bamos de otros temas, creamos un subgrupo donde discutir de pol&iacute;tica, sin filtros ni censuras. Esto, por s&iacute; solo, dar&iacute;a para un art&iacute;culo, pero quiero hablar de un hecho que ha sucedido en este grupo y que me da para analizar mi generaci&oacute;n y las posteriores. 
Est&aacute;bamos comentando una disputa en una comisi&oacute;n parlamentaria y yo he dicho que parec&iacute;a una lucha entre Freezer y Vegeta (de Dragon Ball), a lo que un participante del grupo manifest&oacute; su conformidad y a&ntilde;adi&oacute; que ha salido una colecci&oacute;n de Adidas de Dragon Ball. Entonces envi&oacute; una foto y acabamos todos opinado sobre si prefer&iacute;amos el modelo de Goku, el de Freezer o el de Vegeta. 
Estas conversaciones son habituales en nuestra generaci&oacute;n, pero ser&iacute;an impensables a&ntilde;os atr&aacute;s, sobre todo si apuntamos que la media de edad de los miembros de este grupo se acerca a los 40 a&ntilde;os. 
Somos los hijos (o nietos) de la cultura pop, criados con c&oacute;mics, h&eacute;roes de pl&aacute;stico, videojuegos y horas de televisi&oacute;n infantil en nuestras retinas. Somos de las primeras generaciones que vivieron plenamente la adolescencia, un concepto aparecido en los cincuenta, pero perfeccionado y expandido con los a&ntilde;os. 
Muchos de estos j&oacute;venes nacidos a partir de los ochenta, no empezaron a trabajar hasta pasados los 18 a&ntilde;os y solo en trabajos espor&aacute;dicos de veranos o de fin de semana, ya que cada vez se alargaba m&aacute;s el periodo de estudio, con la consecuente dependencia econ&oacute;mica de los padres. 
<h2 class="p4">Adultescentes o adulteens</h2>
<a href="https://www.sweetpress.com/tienda-profesional-nad85-1/"><img class="alignright wp-image-90561 size-article_img_small lazyload" src="https://api.sweetpress.com/image/Tienda-Profesional-NAD85-1-258x253.jpg" sizes="(max-width: 258px) 100vw, 258px" alt="" width="258" height="253" data-sizes="auto" data-srcset="/image/Tienda-Profesional-NAD85-1-258x253.jpg 258w, /image/Tienda-Profesional-NAD85-1-421x413.jpg 421w, /image/Tienda-Profesional-NAD85-1-360x353.jpg 360w, /image/Tienda-Profesional-NAD85-1-172x169.jpg 172w, /image/Tienda-Profesional-NAD85-1-102x100.jpg 102w, /image/Tienda-Profesional-NAD85-1.jpg 500w" /><noscript><img class="alignright wp-image-90561 size-article_img_small" src="/image/Tienda-Profesional-NAD85-1-258x253.jpg" alt="" width="258" height="253" srcset="/image/Tienda-Profesional-NAD85-1-258x253.jpg 258w, /image/Tienda-Profesional-NAD85-1-421x413.jpg 421w, /image/Tienda-Profesional-NAD85-1-360x353.jpg 360w, /image/Tienda-Profesional-NAD85-1-172x169.jpg 172w, /image/Tienda-Profesional-NAD85-1-102x100.jpg 102w, /image/Tienda-Profesional-NAD85-1.jpg 500w" sizes="(max-width: 258px) 100vw, 258px" /></noscript></a>Actualmente, el 37% de j&oacute;venes de entre 25 y 35 a&ntilde;os tiene t&iacute;tulo universitario. Somos la generaci&oacute;n que ha tenido m&aacute;s tiempo libre y, sobre todo, los que, por primera vez, han vivido su tiempo rodeados de j&oacute;venes, a diferencia de las anteriores generaciones, en que los adolescentes viv&iacute;an en un entorno adulto, debido a sus obligaciones laborales. Desde el marketing se nos considera adultescentes o adulteens: personas en edad adulta con un estilo de vida adolescente.
Los nacidos a partir de 1980 formamos parte de una generaci&oacute;n que vive en un presente continuo, debido a que tienen un futuro cada vez m&aacute;s incierto, vol&aacute;til y cambiante, y a que el pasado caduca inmediatamente, obligando a actualizarse continuamente. El &uacute;nico patrimonio com&uacute;n que se mantiene estable es nuestra infancia y adolescencia, y esto lo sabe la sociedad de consumo. 
<h2 class="p4">Una herramienta de consumo</h2>
Por eso es tan habitual encontrar revivals, secuelas y readaptaciones de los productos culturales de nuestra infancia. Miro la cartelera de cine y de las 15 primeras pel&iacute;culas que aparecen, unos a&ntilde;os atr&aacute;s seis ser&iacute;an consideradas para p&uacute;blico infantil y cuatro son cine de acci&oacute;n para un p&uacute;blico adolescente. Lo m&aacute;s curioso es que la que ha recibido m&aacute;s buenas cr&iacute;ticas es Los incre&iacute;bles 2, que 30 a&ntilde;os atr&aacute;s ser&iacute;a impensable dirigirla a adultos. &iquest;Os imagin&aacute;is a Humphrey Bogart con 40 a&ntilde;os, disfrutando de Shrek; a Fernando Fern&aacute;n G&oacute;mez de joven con unas Adidas de Son Goku, o a Clark Gable desayunando con su taza (perd&oacute;n, Mug) de Star Wars? 
En la era de la seducci&oacute;n generalizada, el principal objetivo de la sociedad de consumo es expandirse y volverse m&aacute;s deseable. Por esto se ha infantilizado al consumidor, que ahora vive en una adolescencia continua, donde muchas veces suple la precariedad laboral, o la incertidumbre vital, con productos hedonistas que le hagan disfrutar y evadirse. Las marcas tienen clara una cosa: ganar lo m&aacute;ximo posible. Por esto, siempre preferir&aacute;n a un adolescente de 40 a&ntilde;os que a uno de 18.
Dr. Albert Vinyals i Ros, Profesor de Psicolog&iacute;a del Consumo en ESCODI, la escuela universitaria de comercio

Los nacidos en los 80 constituyen una generación única en su especie: adultos unidos por su infancia y adolescencia. Las compañías lo saben y han adoptado una estrategia de infantilización del consumidor para satisfacer sus necesidades de evasión con productos que evoquen el pasado y la nostalgia de la cultura popular

Adultescentes: las Adidas de Son Goku

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