Apenas el 30% de las empresas familiares pasan a la segunda generación y solo un 3% sobreviven más allá de la cuarta. La sucesión de la figura de liderazgo resulta clave dentro de esta supervivencia generacional. Cuando esta no se produce de forma adecuada, se da el problema de “la silla vacía”. Analizamos en qué consiste y las herramientas para evitarlo
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