Para conseguir la tendencia swavory, Erlenbacher propone un consejo de presentación del Pastel de Mazapán que, “con poco esfuerzo se convierte en un postre de invierno con un toque salado muy demandado”. Max Faber, cocinero profesional y estilista culinario de Erlenbacher ha dado a este postre una especial puesta en escena a través de una compota de calabaza y manzana con anís estrellado, canela y clavo. “Sobre una crujiente base de pasta brisa descansan dos capas de masa de bizcocho de muffin, mucho mazapán y una deliciosa nata con nueces”. Por otro lado, “la compota junto a grosellas rojas cubiertas por una fina capa de azúcar extrafino como si se tratase de nieve al lado de un trozo de pastel le da color”.
El aporte swavory viene de la mano de trocitos de crocanti de almendra. “Este toque salado resulta un contraste interesante a la dulzura del pastel. Precisamente por este contraste las dos aromas se complementan de forma idónea”, aseguran desde Erlenbacher.
La tradición tiene mucha importancia en la compañía alemana, especialmente en lo que se refiere a la elaboración de pasteles, tartas y postres. Por esto, “en todos los productos se emplean exclusivamente ingredientes de alta calidad y aromas naturales. En cambio, aditivos que deben ser declarados, colorantes o conservantes no se encuentran en ninguna receta”.

Dulce o sabroso, todos tenemos nuestras preferencias. Sin embargo, desde Erlenbacher afirman que “los dos sabores pueden llegar a congeniar perfectamente, como demuestra la última moda swavory”. En ella se combinan elementos dulces (sweet) y sabrosos (savory). El resultado es una “mezcla perfecta de los dos sabores”.

Erlenbacher propone la combinación de sabores dulces y salados en su nuevo acabado

Erlenbacher propone la combinación de sabores dulces y salados en su nuevo acabado