Cuando empezó Sweet Press hace treinta años, ni podíamos imaginarnos lo que hoy se conoce como la era digital en la que estamos inmersos. Y eso que fuimos de los primeros que incorporamos la autoedición, en el año 90; el primer teléfono móvil, en el 93, (realmente era una maleta que había que llevar a cuestas, a la que luego sucedieron esos teléfonos tipo “ladrillo” que hoy parecen antiquísimos y “solo” son de hace veinticinco años) y no les hablo de los ordenadores, de su capacidad y velocidad o de la fotografía donde lo digital es realidad desde 1989 (¡el mismo año de Dulces Noticias.... y algo más!). 
Por supuesto, hace tres décadas, usábamos el módem, al que luego sucedió el fax, que ya no creo que apenas utilice nadie. Y, hasta nos hicimos proveedores de internet, para dar ese servicio de correo electrónico que acabamos de conocer a nuestro alrededor, en 1994. Y ello iba surgiendo junto al primer marketing digital que proveíamos, porque también fuimos agencia de publicidad de nuestros clientes: había que facilitar ese servicio a aquellos que nunca habían hecho un anuncio, ya que no tenían medio para anunciarse. Nació el medio y nacía también la necesidad. 
Fuimos también agencia de comunicación, asesores de contenido, a la par que incorporábamos nuevas herramientas, como la RDSI que fue una prometedora tecnología en el ámbito de la telecomunicación, previa a la ADSL que, por supuesto, también incorporamos. Pequeños, pero inquietos. Eso hemos sido y eso seguimos siendo en un momento en el que se vive conectado, en el que es imposible vivir al margen de Google que, por cierto, cumple en 2018, veinte años. 
El mundo ha cambiado, pero hay cosas que no cambian o no deben cambiar: la honestidad con la que afrontar los negocios, la ilusión -que si ha de cambiar es para hacerla crecer-, el amor a nuestro trabajo, el orgullo de pertenencia (del que les hablaba en mi anterior carta de septiembre y que ha gustado, me consta por los emails que me han remitido sintiéndose identificados, y que aprovecho para agradecer públicamente), el respeto al entorno. No hay  más remedio que mantener la esencia pero adaptándose a las nuevas exigencias con herramientas que nos hacen la vida más fácil, de eso no hay duda y nos permiten dar cobertura informativa prácticamente de inmediato a todo lo que ocurre, porque todo lo que les he contado al principio de esta carta era para hacer lo que debíamos: esta revista. Recuerdo que en la primera web que tuvimos en 1995 llevábamos a gala “la actualización diaria de noticias”. Pues bien, cada día, y somos un medio especializado en una parte de la alimentación, a esta redacción llegan decenas de noticias, que hay que clasificar, valorar y subir a sweetpress.com y ello no sería posible sin herramientas adecuadas. No hay nostalgia posible en todo lo que ayuda a mejorar. Yo soy una amante incondicional del cambio, de la evolución. Me siento privilegiada de ver cómo han evolucionado las empresas: hemos vivido muy cerca el desarrollo y crecimiento de Arluy, que en esta edición es protagonista, porque su historia ha ido pareja a la nuestra y como ella tantas empresas de todos los sectores; vimos nacer las Rellenolas® de Vidal Golosinas en 1998, como hemos visto nacer en 2018 los Cubits de Delaviuda y ahora sus Palitos, “otra forma de consumir turrón todo el año”. Somos el escaparate del sector más dinámico de la industria alimentaria y necesitamos serlo de forma eficiente y eso solo es posible si estamos atentos a mejorar. Y llevamos así, día a día, semana a semana desde 1989. Gracias por hacerlo posible.
@LolaFPaniagua
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La edición de octubre de la revista Dulces Noticias... y algo más, ya está disponible. En ella se incluyen el informe de Galletas, de Gelatina y de Productos de Navidad; el reportaje especial sobre los puntos de venta de galletas y mucho más

Dulces Noticias de octubre: Abiertos al cambio pero fieles a la esencia

Dulces Noticias de octubre: Abiertos al cambio pero fieles a la esencia